Ataques de pánico: Qué son, cuáles son los síntomas y cómo controlarlos
En la vida existen diversas enfermedades bastante severas, tanto físicas como mentales, una de ellas...

En la vida existen diversas enfermedades bastante severas, tanto físicas como mentales, una de ellas son los ataques de pánico los cuales, no son tomados con la seriedad suficiente ya que muchas personas pueden sufrirlos sin siquiera saber qué son, cuáles son los síntomas y cómo pueden controlarlos.
Un ataque de pánico definitivamente no es algo que deba tomarse a la ligera. Las personas que han sufrido de estos trastornos realmente la han pasado mal ya que genera un sensación de completo descontrol ante la vida. Algunos los describen como una sensación de muerte pues es tan alarmante como un ataque al corazón.
Estos episodios son bastante repentinos y usualmente aparecen en personas que ha sufrido de fuerte inestabilidad emocional. Lo más interesante y aterrador, es que estas reacciones nacen del subconsciente ya que aparecen cuando no existe ninguna causa aparente y pueden provocar reacciones físicas, sentimiento de pérdida del control y miedo a morir.
Lo peor de todo es que quien sufre repentinamente de ataques de pánico, sin siquiera quererlo, dan un giro repentino y negativo a su vida ya que tal inestabilidad solo genera aislamiento social y depresión.

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No hay un tiempo preciso, ni momento para saber cuándo llegarán realmente los ataques de pánico, son bastante repentinos, y como comentaba párrafos arriba, suelen venir acompañados de experiencias traumáticas, cambios radicales en la rutina de vida y más. En sí, fuertes alteraciones emocionales dentro de una persona.
Se desarrollan más frecuentemente en adultos jóvenes, cerca de los 25 años de edad, pero no exenta que puedan surgir en cualquier momento de la vida. Usualmente son mujeres las víctimas más frecuentes del trastorno, ellas reciben de dos a tres veces más diagnósticos que los hombres.
Y claro, muchas personas pueden sufrir de ataque de pánico sin saberlo ya que no reconocen los síntomas físicos y mentales y no buscan un diagnóstico.

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Síntomas físicos
- Palpitaciones o taquicardia
- Sudor excesivo
- Temblores o sacudidas
- Falta de aire u opresión en la garganta
- Dolor o molestia en el tórax
- Náuseas
- Dolor de estómago o calambres abdominales
- Mareo, inestabilidad o vértigo
- Desmayo
- Boca seca
- Escalofríos o sofocos
- Hormigueo o sensación de anestesia
Síntomas mentales
- Sensación de irrealidad o desconexión con el mundo
- Despersonalización o indiferencia
- Miedo a enloquecer
- Miedo irracional de una enfermedad o la muerte
- Sensación de peligro o de fatalidad inminente
Estos son, posiblemente, los síntomas más comunes los cuales, en caso de emergencia, pueden ser controlados o manejados de la siguiente manera:
Si sientes que estás a punto de experimentar un ataque de pánico, lo mejor es comenzar a intentar controlar la respiración, inhalando y exhalando profunda y lentamente, cerrando los ojos en intentando relajarte lo más que se pueda. Este método, aunque simple, es bastante eficaz, pues aumenta la conciencia de lo físico, real, además de ayudar a disminuir la frecuencia cardíaca.
Durante una crisis de pánico debes de, en la medida de lo posible, intentar relajar la mente y el cuerpo, evitar esfuerzo muscular y buscar un lugar calmado y silencioso para sentirte más seguro y tranquilo.
Por otro lado, la psicoterapia es considerada un tratamiento efectivo para tratar el trastorno de los ataques de pánico. Ayuda a comprender las crisis, su trasfondo y posible explicación lo que enseña a manejarlas con mucha mayor certeza cuando vuelven a surgir.

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Otra forma de lidiar con el problema ya sea que te ocurra o le ocurra a alguien mas, es haciendo uso del método AWARE el cuál, por sus siglas en inglés, significa lo siguiente:
- A: Acknowledge & Accept – Reconocer y aceptar
Significa reconocer la realidad inmediata. No hay que ignorar el problema sino enfrentarlo, no debes buscar distracciones, es mejor darte cuenta que tienes miedo, pero no que no estás en peligro.
- W: Wait & Watch – Esperar y observar
Es casi imposible relajarse, pero lo mejor, como cuando alguien se enoja, es respirar y contar hasta 10. Recuerda que es mejor esperar poco a poco y mantener una actitud pasiva antes de empeorarlo todo.
Observar y poner atención a lo que se experimenta aunque cueste trabajo es necesario para entender el pánico creciente. Solo así puedes estar mejor preparado para entender y aceptar lo que ocurre. Puedes llevar un diario con todo lo que pasa durante los episodios para comenzar a entender los miedos irracionales que surgen en ese momento y así, en caso de que ocurra otro ataque en el futuro, estés mejor preparado para enfrentarlo.
- A: Actions (to make myself more comfortable) – Acciones (para sentirme más cómodo)
Aunque lo peor ya haya pasado, siempre hay cosas por hacer para realmente salir del problema. En sí no hay formas de terminar con un ataque de pánico de forma abrupta, pero siempre puedes aplicar ciertas estrategias que te ayuden a dejarlo ir poco a poco.
Una de ellas es concentrarte en tu respiración, como si estuvieras meditando. Debes calmarla y llevarla al ritmo en el que sueles respirar normalmente o cuando te has sentido relajado.
Hablar contigo mismo es otra forma de hacer que el pánico disminuya y es bastante efectiva. Háblate y hazte saber que dentro de ti sigue estando esa persona que sabe enfrentar problemas, que te cuida y acompaña en cualquier situación. Tu eres tu mejor aliado en esos momentos.
- R: Repeat – Repetir
Hay ocasiones en que los ataques llegan en oleadas. Puede que hayas comenzado a sentirte mejor cuando de pronto regresa esa oscuridad tan abrumadora. En esos momentos sin sentir ningún tipo de desesperación, regresa al principio, acepta, observa la situación y actúa, vuelve contigo. El miedo es temporal así que siempre ten en cuenta que saldrás adelante más pronto de lo que crees.
- E: End – Terminar
Todos los ataques de pánico terminan, nunca lo dudes ni pienses que te quedarás en ese estado por siempre, aunque la sensación sea persistente. Siempre hay un fin para esos momentos de crisis, siempre habrá luz al final del túnel.

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Por último, jamás te sientas avergonzada o avergonzado de sufrir de ataques de pánico, ni pienses que son únicos o que estás enloqueciendo.
En una sociedad tan exigente, llena de expectativas, falsas ilusiones, libertad restringida, alta inseguridad y odio entre las personas, es común que algunos lleguen a sentirse agotados, abrumados, incluso asqueados, sentimientos que no muchas veces se pueden externar o desahogar los cuales llegan a almacenarse en un segundo plano pero que eventualmente, tu cuerpo y mente los manifiesta buscando expulsarlos.
Con información de Bioguia.